Mercado
Walter Manrique Cervantes - Realizador Audiovisual - Perú
El 03 de noviembre, se estrenó en Arequipa la película “Mercado”. Un largometraje documental que retrata la historia, tradición y festividades del Mercado San Camilo. La presente colaboración con la Revista Radar es un recuento de las experiencias y sensaciones que quedaron grabadas en mí como director de la película.
En diciembre del 2016, conocí la sala de lectura del Mercado San Camilo, un proyecto de la Biblioteca Regional Mario Vargas Llosa que busca promover la lectura en los niños. El proyecto me interesó de inmediato por el enorme potencial que tiene como foco de desarrollo cultural desde un espacio público; por dicha razón, decidí documentar esta iniciativa a través del trabajo audiovisual. No pasó mucho tiempo para quedar prendado de este espacio y de las personas que lo habitan. El resultado de dicho enamoramiento es “Mercado”.
Durante un año entero, los integrantes de Yapa Films retratamos las numerosas y variopintas actividades que se realizan en San Camilo: misas, certámenes de belleza, procesiones, chocolatadas, pasacalles, ceremonias conmemorativas y otras festividades que llenan de vida este espacio emblemático de Arequipa. Gracias a esta aproximación pudimos sentir de cerca la respiración de un mercado que baila durante todo el año, quedamos fascinados por su energía, escuchamos el latir de este espacio a través del corazón de sus trabajadores, sentimos el pulso de sus historias e hicimos nuestras las preocupaciones de quienes viven en él.
En el documental, se abordan pasajes históricos relativos a los primeros años de San Camilo, así como acontecimientos que han marcado la historia de Arequipa, entre ellos, la revolución del 50. Asimismo, en la película se desmitifica la atribución que se le hace a Gustave Eiffel como autor del mercado. Se comenta la problemática que afecta a sus trabajadores y se analiza el proceso de privatización como posible solución.
Al igual que San Camilo, la película es horizontal: no tiene un protagonista. Son más de treinta las personas entrevistadas que relatan sus experiencias personales en torno al espacio en el que pasan la mayor parte de sus días. Como menciona Eusebio Quiroz Paz Soldán en una secuencia de la película: “el mercado es como la picantería arequipeña, todo el mundo va ahí, va el rico, el pobre el artesano”. Todo mercado es un lugar de encuentro del pueblo, si uno quiere conocer la identidad de un lugar, debe visitar su mercado.
Como señala la sinopsis de la película: “el alma de un pueblo está en su mercado”. Los 137 años de San Camilo han modelado la arquitectura que hoy alberga el espíritu del mercado más representativo de Arequipa. Pasear en este espacio es revivir la esencia de nuestro pueblo y, hacer una película sobre él, es hacer una película sobre Arequipa.
“Mercado” ya ha sido proyectada en Arequipa, Cusco y Lima. Nos entusiasma enormemente que, en lugares distintos a nuestra Ciudad Blanca, la película haya generado interés y críticas positivas; y que, sobre todo, haya despertado la inquietud por conocer y hacer nuestros los espacios públicos. Durante los siguientes meses, trabajaremos para despertar ese interés en más jóvenes arequipeños.
Quienes nacimos en la década del 90, hemos crecido con la aparición de modernos centros comerciales en los que no cabe la yapa; precisamente, ahí está lo que hace especial al Mercado San Camilo. Cuando uno va a comprar a este centro de abastos, no sólo adquiere productos de buena calidad, sino que (de yapita) se lleva toda una experiencia: se carga de la energía que fluye por sus pasillos, se deja seducir por lo piropos de las vendedoras, se reconforta con la escucha sincera de sus caseros y se lleva consigo estampas auténticas de nuestro pueblo.
Los evidentes valores arquitectónicos de San Camilo, sumados a sus colores, aromas y sabores, construyen una atmósfera fascinante que fue retratada en la película. El largometraje aborda diferentes temas que, al igual que un mercado, parecen estar dispuestos sin ningún orden aparente, pero que al final de la película, permiten entender la conexión que tienen los habitantes de San Camilo con su espacio, un vínculo que trasciende lo material de su arquitectura patrimonial.
Esta conexión que sienten quienes trabajan en el Mercado San Camilo no se limita a lo espacial. Entre las columnas del mercado se siente la identificación con un tiempo detenido que se niega a avanzar. Sin embargo, en palabras de los propios habitantes de San Camilo, “la modernidad y apertura de nuevos centros comerciales está generando que varios de los trabajadores abandonen el mercado por falta de ventas”. Nosotros hemos sido testigos de dicho efecto. Particularmente, recuerdo la entrevista hecha el señor Arias, comerciante con más de medio siglo trabajando en San Camilo, en la que nos confiesa que antes de irse, quiere “ver un mercado como el que era antes”. Hace unos meses, nuestro entrevistado vendió su puesto y abandonó el mercado sin llegar a ver concretado su deseo.
Al igual que el señor Arias, otras personas que fueron entrevistadas para la película, ya no se encuentran en el mercado. Una de ellas falleció, algunas enfermaron y otras simplemente traspasaron sus puestos. Meses después de haber terminado el rodaje de la película, pasar por los puestos de estas personas y verlos cerrados o ya no ver a quienes trabajaban en ellos, nos produce una nostalgia similar a la que sienten los habitantes del mercado por los tiempos pasados en los que San Camilo era el corazón de la ciudad. Por otro lado, nos reconforta saber que la película la hicimos en el momento preciso. Si la hubiéramos hecho un año después, habríamos perdido valiosos testimonios de algunas de las personas más antiguas del mercado, de las que hoy quedan muy pocas.
Éste y otros sucesos están haciendo que San Camilo cambie. Esperamos que la película motive mejoras, y que los cambios que se realicen permitan superar temas pendientes relacionados con la limpieza, el orden y la seguridad del mercado. Deseamos que estos cambios no afecten la identidad de San Camilo y que el tiempo no detenga la vitalidad que late en este espacio.
Walter Manrique Cervantes
Estudió en el Colegio De La Salle de Arequipa y es bachiller en derecho por la Universidad Católica de Santa María. Durante sus estudios universitarios, destacó por su participación en concursos de derechos humanos. Ganó la Competencia Internacional organizada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (2014), obtuvo el segundo puesto en competencias similares en México (2015) y Colombia (2015) y ganó el premio a mejor memorial en la Inter-American Human Rights Moot Court Competition organizada por la Universidad de Washington (2016).
Desde el colegio mostró una fuerte inclinación por el arte. En el año 2011 recibió el Premio Cultura por su destacada participación en este campo durante su vida escolar. Es actor de teatro, ha actuado en más de quince obras teatrales y ha dirigido la obra teatral “SOY”. Es fundador y director de Yapa Films, colectivo audiovisual que pone en valor las manifestaciones culturales, promociona actividades artísticas y promueve la defensa de los derechos humanos.
A sus 23 años, debuta como director de cine con la película “Mercado”. Actualmente trabaja en la distribución de su ópera prima y realiza su tesis titulada “Análisis jurídico del mercado de distribución y exhibición comercial de películas en el Perú”.